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martes, 16 de diciembre de 2008

CONTIGO APRENDÍ.




Saludos a todas/os:

Suena un bolero de Armando Manzanero que empieza diciendo algo así como "Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones. Contigo aprendí a conocer un mundo nuevo de ilusiones. Descubrí que la semana tiene más de siete días, a hacer mayores mis contadas alegrías y a ser dichoso yo contigo lo aprendí...".

Todo el nos hace reflexionar como dijo Paulo Freire y paso a compartir con todos vosotros estas reflexiones de este gran autor.

Contigo aprendí... que existía un tipo de educación que yo hasta entonces desconocía.Pensaba que la educación era el acto de depositar, de transferir, de transmitir valores y conocimientos y resulta que tú, a eso, le llamabas educación bancaria.En esa educación bancaria el "saber", el conocimiento, es una donación de quienes se juzgan sabios a quienes se juzgan ignorantes.En ese tipo de educación:
El educador es siempre quien educa; el educando, el que es educado
El educador es quien sabe; los educandos quienes no saben
El educador es quien piensa; los educandos son los objetos pensados
El educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente
El educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados
El educador es quien opta y prescribe su opción; los educandos quienes siguen su prescripción
El educador es quien actúa; los educandos son aquellos que tienen la ilusión de que actúan.
El educador es quien escoge el contenido programático, los educandos a quienes jamas se escucha, se acomodan a él
El educador es el sujeto del proceso; los educandos ,meros objetos.


Contigo aprendí...
que existe otro modelo de educación al que tu llamabas educación problematizadora. Y en esta educación , por el contrario, los educandos van desarrollando su poder de captación y de comprensión del mundo que, en sus relaciones con él, se les presenta no ya como una realidad estática sino como una realidad en transformación, en proceso.
Esta educación se fundamenta en la creatividad y estimula la reflexión
La educación liberadora desmitifica constantemente la realidad.
Considera el diálogo como lo fundamental para el aprendizaje;.
Despierta la creatividad.
Estimula la reflexión y la acción sobre la realidad.
Refuerza el carácter histórico de los hombres y de las mujeres y los reconoce como seres en proceso, inacabados.
Apuesta por el cambio sin exclusivizarlo.
Se hace revolucionaria.
Presenta las situaciones como problemas a resolver.
Humaniza a los hombres y a las mujeres mediante la búsqueda del ser más en la comunión y la solidaridad.

Contigo aprendí... una frase que desde entonces se quedó grabada en mi mente, aunque a veces en la práctica diaria se me olvida ( cada vez con más frecuencia) : Ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa a si mismo, las personas se educan en comunión, mediatizadas por el mundo.

Contigo aprendí... que la persona, en cualquier época y lugar del mundo, nace ontológicamente inconclusa, pero potencialmente "capaz de aprender a decir su palabra", es decir, de acercarse críticamente a la realidad.

Contigo aprendí... que la educación es "el llegar a ser críticamente consciente de la realidad personal, de tal forma que se llega a actuar eficazmente sobre ella"

Contigo aprendí... que "Concientización" es algo más que la " toma de conciencia", que incluye además el compromiso con la acción, con el cambio.


Contigo Aprendí...
que la educación con sus programas y sus métodos, debe consistir en hacer que la persona llegue a ser sujeto, que se construya como persona, que transforme el mundo, que entable con los demás relaciones de reciprocidad, que haga su cultura y su historia.

Esto exige que sea una educación que libere y no que domestique. Las personas sólo pueden participar activamente en la historia, en la sociedad, si descubren que pueden cambiarla, crearla. Esto requiere una toma de conciencia. En esto consiste el objeto primario de la educación. Hay que provocar una actitud crítica, de reflexión que lance a la acción.


Contigo Aprendí... que una educación que no está hecha de diálogo, mata el poder creador no sólo de aquél que se educa sino también del educador, en la medida en que éste se transforma en una persona que "impone fórmulas y comunicados", pasivamente recogidos por sus alumnos, nadie crea, ni el que impone, ni aquellos que reciben. Ambos se atrofian. Es la negación misma de la educación.

Muchas veces no intercambiamos ideas, sino que las dictamos. No trabajamos con el educando, sino sobre él. Le proponemos una orden, a la cual no se adhiere, sino que se "ajusta". No le proporcionamos medios para pensar, pues al recibir de nosotros la fórmula, él la conserva sin más, no la incorpora, pues incorporar supone el esfuerzo de la re-creación, de la re-invención.

Contigo Aprendí... que conocer no es el acto a través del cual un sujeto transformado en objeto recibe de manera dócil y pasiva los contenidos que otro transmite. Conocer implica: una presencia curiosa del sujeto frente al mundo; una acción transformadora sobre la realidad; una búsqueda constante, invención y reinvención; una reflexión crítica personal sobre el acto mismo del conocimiento.

Contigo Aprendí... que el conocimiento no debe limitarse a la mera comprensión de la presencia de las cosas. El conocimiento debe orientarse hacia la comprensión de la totalidad. El conocimiento es ausencia de neutralidad; el saber científico no puede verse fuera de sus condicionamientos histórico-sociológicos. La ciencia no puede ser neutra. Por lo mismo, no puede existir una pedagogía neutra ni una práctica educativa al margen de la estructura social y la dinámica histórica de las personas a las que esa práctica se dirige.

Contigo Aprendí... que debemos capturar nuestra alienación cotidiana, la alienación de la rutina, de repetir cosas burocráticamente, de hacer todos los días a las diez lo mismo, porque "hay que hacerlo", sin preguntarnos por qué. Deberíamos hacernos cargo de nuestras vidas y comenzar a ejercer el control. Deberíamos tratar de incorporarnos y escapar a la opresión del tiempo.
En estas sociedades tan complejas a veces nos encontramos viviendo sumergidos en el tiempo, sin una apreciación crítica y dinámica de la historia, como si ésta nos pasara por encima, regulando y dirigiendo nuestras vidas inexorablemente. Este es un fatalismo que inmoviliza, ahoga y finalmente mata. La historia no es nada de esto. Tratemos de entender la vida, no necesariamente como la repetición cotidiana de las cosas, sino como un esfuerzo por crear y recrear, y como un esfuerzo también por rebelarnos.

Contigo Aprendí... que necesitamos ser sujetos de la historia. Y para ser sujetos, necesitamos sin duda dirigirnos críticamente a la historia. Como participantes activos y sujetos reales, sólo podemos construir historia cuando somos permanentemente críticos con nuestras propias vidas.

Henry A. Giroux dice de ti que no eres sólo un hombre del presente, sino también eres un hombre del futuro. Tu discurso, tus acciones, tu calidez y tu punto de vista representan una forma de reconocer y criticar un mundo. Tu trabajo y tu presencia nos recuerda no sólo lo que somos, sino también las posibilidades de aquello que podemos ser.

Contigo Aprendí... que los hombres y las mujeres no se hacen en el silencio, sino en la palabra; la palabra no puede florecer en la soledad y no debe estancarse en el mero pronunciamiento, sino que debe estar ligada a la acción y la reflexión. El diálogo es el encuentro de los hombres y de las mujeres mediatizados por el mundo.


Contigo Aprendí...
que la palabra no es el privilegio exclusivo de unos pocos, sino un derecho de todos, lo que implica que nadie tiene derecho a arrebatar la palabra a los demás.

Contigo Aprendí... que la palabra y la acción están íntimamente enlazadas; la palabra sin acción es verbalismo, y la acción sin la palabra (sin reflexión) es activismo.

Contigo Aprendí... (o lo intenté al menos) que cada persona es libre de hacer sus opciones, de seguir su camino y de tener un territorio propio que nadie puede traspasar sin violar el derecho a la libertad. El respeto a la libertad del otro implica por tanto, no apropiarse de ese terreno que le pertenece a otro.


Contigo Aprendí...
a valorar las "pequeñas" cosas de la vida porque sé que te gusta realmente querer y sentirte bien con los demás. Te gusta vivir , vivir tu vida intensamente. Eres el tipo de persona que ama apasionadamente la vida. Por supuesto has de morir algún día, pero tienes la impresión de que cuando mueras, también será intensamente. Ésta es también la forma en que trabajas en pedagogía. Ésta es la forma en que haces amigos, y la forma en que lees un libro. No puedes leer un libro desinteresadamente. No puedes leer un libro que no te afecte o no te movilice ¡Te gusta vivir!
Para ti lo más importante de la vida es trabajar creando una existencia desbordante de vida, una vida bien pensada, una vida creada y recreada, una vida hecha, rehecha y movilizada en la existencia. Cuanto más haces algo, más existes. Y tu existes intensamente.
Te encanta conversar, conversar con amigos, recordando y reviviendo experiencias pasadas
Te encanta comer, crees que existe cierta conexión entre el comer, el hecho de disfrutar comiendo, la sensualidad y la creatividad. También te gusta beber un poco, leer, escuchar música, , escribir cartas
Sientes lo que hay de incompleto dentro de ti, en niveles biológicos, afectivos, críticos e intelectuales, lo incompleto que te empuja constantemente, curiosamente y amorosamente hacia otras personas del mundo, buscando la solidaridad y la superación de la soledad.


Contigo Aprendí...
que debemos tener una actitud crítica ante todo. Ya se trate de una gota de lluvia (que estaba a punto de caer pero se congeló, convirtiéndose en un hermosos copo), o de un pájaro que canta, un autobús que corre, una persona violenta en la calle, una frase en el periódico, un discurso político, un rechazo amoroso, lo que sea, siempre debemos adoptar una visión crítica, la de una persona que cuestiona, que duda, que investiga y que quiere iluminar la propia vida que vivimos.


Contigo Aprendí...
que somos seres históricos, que navegamos en el tiempo, que somos inacabados, y que debemos estar en permanente proceso de búsqueda.

Contigo Aprendí a ver la luz del otro lado de la luna. Contigo aprendí...