RSS

martes, 14 de abril de 2009

ROMPAMOS EL TECHO DE CRISTAL!!!



TECHO DE CRISTAL.


“Se denomina así a una superficie superior invisible en la carrera laboral de las mujeres, difícil de traspasar, que nos impide seguir avanzando. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes ni dispositivos sociales establecidos ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación, sino que está construido sobre la base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar.”

También se suele conocer como “suelo pegajoso” que agrupa las fuerzas que mantienen a tantas mujeres atrapadas en la base de la pirámide económica.
Ese famoso techo de cristal que impide a las mujeres alcanzar las metas profesionales para las que están preparadas parece invisible, pero las estadísticas demuestran que existe; es decir, es un término enigmático, secreto, indetectable, pero cuyo resultado es cuantificable, y real: la no existencia de mujeres en los vértices jerárquicos de las organizaciones.

Las investigaciones han citado diversos obstáculos al acceso de las mujeres a los puestos de decisión:

• Las estructuras de la industria, jerárquica, y con hombres ocupando casi todos los puestos de toma de decisión. Funciona el principio de cooptación (designar por elección a alguien y no por reglamento o méritos) para muchos de esos puestos.
• El entrenamiento predominante de las mujeres en los vínculos humanos con predominio de la afectividad puede entrar en contraposición (y de hecho entra en infinidad de ocasiones) con ese mundo del trabajo masculino, donde los vínculos humanos se caracterizarían por un máximo de racionalidad y con afectos puestos en juego mediante emociones frías: distancia afectiva, indiferencia, etc.
• El trabajo de muchas mujeres en espacios tradicionalmente masculinos es observado de forma más inquisitiva que el de sus compañeros varones. Se les exige un nivel de “excelencia”.
• Los estereotipos: Algunos de los que configuran el “techo de cristal” se formulan de la siguiente manera: “las mujeres temen ocupar posiciones de poder”, “a las mujeres no les interesa ocupar puestos de responsabilidad”, “las mujeres no pueden afrontar situaciones difíciles que requieran autoridad y poder”... Estos estereotipos tienen múltiples incidencias: Por una parte, convierten a las mujeres en “no-elegibles” para puestos que requieran autoridad y ejercicio del poder. Por otra, hay mujeres que asumen este estereotipo interiorizándolo, repitiéndolo casi sin cuestionarlo y como si fuera resultado de elecciones propias. También es cierto, que hay grupos de mujeres más innovadoras que, admitiendo el conflicto, lo enfrentan con recursos variados cada vez que ocupan tales puestos de trabajo.
• De igual manera no cabe menospreciar la incidencia que los estereotipos tienen en la orientación (ya sea desde la familia o desde el sistema educativo)
• La doble carga: es conocido que las mujeres profesionales hacen malabarismos para compaginar su trabajo fuera de casa con las tareas domésticas, a menudo de forma unilateral.
• La auto desconfianza: sin duda la falta de modelos femeninos con los que identificarse hace que se agudice la inseguridad y el temor a la falta de eficacia cuando se accede a lugares de trabajo tradicionalmente ocupados por varones.

Aún no hay una mayoría significativa de mujeres conscientes e inquietas con esta problemática. Por lo que no existe la suficiente presión para detectar e impulsar otras formas diferentes y más justas de organización social.

El techo de cristal: ¿una cuestión de estilo?.

Meta Krüger, que investiga el fenómeno, asegura que “tanto los hombres como las mujeres funcionan mal en culturas donde el otro sexo se encuentra representado en proporción dominante”, y una vez más salen a relucir los patrones culturales de comportamiento aprendidos; algunos ejemplos fácilmente identificables:

– “Las mujeres se disculpan incluso cuando no tienen la culpa”; son frases hechas tan interiorizadas por la costumbre que se repiten de forma casi automática, aunque no quieran decir “ha sido mi culpa” y sólo impliquen que les disgusta lo que haya ocurrido.

– “Las mujeres preguntan por interés, no por ignorancia o inseguridad”.

– “Cuentan sus problemas, pero no para pedir soluciones sino, simplemente, para descargarse”.

– “Hacen bromas sobre sí mismas pero no porque se sientan inferiores, sino para acentuar la igualdad con su interlocutor”; o incluso para romper el hielo.

Sin embargo, los patrones de comportamiento aprendidos por la mayoría de los hombres, hace que todos los ejemplos anteriores sean mal comprendidos con demasiada frecuencia, ya que se toman como signos de inseguridad o de incompetencia.

Sabremos cuando realmente no estamos discriminadas el día que no exista un Instituto de la mujer, ni ONG’s que se esfuercen en ayudar a las mujeres del tercer mundo, cuando no aparezca una fecha en el calendario destacada como Día Internacional de la Mujer,… no habrá discriminación el día que no se tenga que escribir sobre este tema.
(Documento elaborado de opiniones de los siguientes autores Nerea Riesco, Meta Krüger, Mabel Burin entre otros)



Saludos a todas/os.

El día 8 de marzo de este año celebramos el Día Internacional de la Mujer en mi pueblo junto con la Asociación de Amas de Casa. Todas lo pasamos genial.

Pero yo me pase el día entero haciéndolas ver que lo interesante es no tener que celebrar nada porque el día que no tengamos que reivindicarnos, ese será el gran día de la no discriminación hacia la mujer.

Algunas, muchas se enfadaron porque algunos hombres celebraron con nosotras y vuelta a lo mismo, yo repetía lo mismo no podemos luchar contra la discriminación si discriminamos nosotras.

Rompamos este techo de cristal que nos muestra hasta dónde podemos llegar pero somos incapaces de atravesarlo.

A POR TODAS MUJERES DE JARAÍZ, DE EXTREMADURA, DE ESPAÑA Y DEL MUNDO.